¿Has escuchado hablar de la arquitectura ecológica? ¿Qué abarca este concepto? ¿Cuáles son las claves de la también llamada eco-arquitectura? A continuación te resolveremos esta y más dudas que tengas sobre este tema.
Para iniciar es importante que reconozcamos qué significa este concepto; pues bien, la arquitectura ecológica es un concepto muy amplio, que abarca desde el uso de materiales de construcción sostenibles hasta un enfoque bioclimático; también hace parte la eficiencia en el uso de los recursos o, por ejemplo, el logro de un mínimo impacto paisajístico. De igual manera, también incluye el compromiso con la sostenibilidad el cual resulta ser un requisito fundamental que no siempre se cumple.
Este concepto abarca varias ideas afines, a menudo equivalentes, como la arquitectura sostenible, la bioconstrucción, la arquitectura verde o la arquitectura amigable con el medio ambiente; del mismo modo, se tiene en cuenta no solo el entorno y su integración en el paisaje, sino una serie de elementos imprescindibles desde una visión de sostenibilidad y reducción o ahorro de materiales que, por lo general, aquellos suelen olvidar.
Uno de los objetivos que pretende la arquitectura ecológica es optimizar los recursos naturales para concebir un diseño arquitectónico eco-amigable, y lo mismo ocurre con los sistemas de la edificación empleados, con el doble fin de minimizar el impacto ambiental del edificio y también reducir la huella de carbono a la hora de habitar esas viviendas o de dar uso a esos edificios.
Para que la arquitectura ecológica se lleve a cabo correctamente es necesario relacionar rendimiento máximo y mínimo impacto, buscando materiales adecuados tanto por ser idóneos como por precisarse cantidades moderadas de los mismos o; por ejemplo, por su baja huella de carbono o bajo impacto ambiental al fabricarlos, extraerlos de la naturaleza y/o trasladarlos hasta el lugar donde se va a realizar la obra.
Finalmente, para que una arquitectura pueda considerarse ecológica debe realizarse un balance general que contemple todas las fases, desde el diseño hasta la construcción, uso, durabilidad y final de su vida, pues aunque esta es larga, también hay que pensar en ese momento en el que dejen de ser habitables.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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