Los dantas son una especie que está en peligro de extinción y es una de las especies más grande de América Central. Estos animales se dice que pasan más tiempo en los bosques degradados que en la selva del Amazonas, ayudando a que los bosques afectados por los humanos se recuperen y vuelvan a crecer.
Estos animales de tamaño medio, con una longitud que varía desde 1,8 m a 2,5 m, con solo 5-10 cm de cola, desempeñan un rol clave para el planeta, pues esparce semillas en los bosques degradados logrando conservar la megafauna de Suramérica. Del mismo modo, según estudios más del 99 por ciento de las casi 130 000 semillas que los investigadores encontraron en los excrementos de los tapires estaban enteras, lo cual significa que tenían posibilidades de germinar. Las semillas provenían de 24 especies de plantas diferentes, algo que sugiere que los tapires contribuyen a la diversidad de especies que crece en un área determinada.
Es necesario reconocer que en Colombia, hay tres tipos de especies: el tapir andino o danta de montaña (Tapirus pinchaque) que es una especie de mamífero perisodáctilo de la familia de los tapíridos. El otro es el tapir centroamericano (Tapirus bairdii) que es una especie de mamífero perisodáctilo de la familia de los tapíridos. Y por último está el tapir, sachavaca o anta (Tapirus terrestris) que es una especie de mamífero perisodáctilo de la familia de los tapíridos propia de Sudamérica.
Sin embargo, estas especies primitivas se encuentran amenazadas y en peligro de extinción en el mundo, debido a la destrucción de los bosques y la cacería indiscriminada. Es por esto que, la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN), en su libro rojo de las especies amenazadas cataloga a la danta de páramo como en peligro de extinción y al macho de monte como vulnerable, lo que resultaría de gran impacto para el estado silvestre en un futuro.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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