Contaminación acústica

La contaminación acústica o el exceso de sonido que produce el ser humano por solo el hecho de existir, es una de las problemáticas actuales medioambientales que se debe conocer y tratar, ya que es la principal causa de muchas de las enfermedades que hoy por hoy padecen los seres humanos.

Según un informe que presentó la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación acústica o el ruido como también es llamado, genera alteraciones del sueño, aumenta la presión arterial, conduce a enfermedades del corazón, y la activación de las hormonas de estrés que a su vez podrían afectar el sistema inmunológico y el metabolismo de los seres humanos.

Aunque el ruido no se percibe como otro tipo de contaminación, es importante aclarar que puede resultar nocivo para la calidad de vida de las personas, pues el mismo sonido ocasionado por las personas, el tráfico, las construcciones y las industrias; hacen que la exposición del ruido sea prolongada y que se corra el riesgo de padecer sordera, o incluso sufrir de perforaciones en el tímpano.

Es importante saber que la intensidad del ruido se mide en decibelios, donde su escala transcurre entre el mínimo sonido que el oído humano pueda detectar, y el sonido más fuerte que puede sentir una persona. Así pues, la OMS considera los 50 decibeles como la exposición acústica recomendable para evitar daños vitales, debido a que un sonido de 70 dB produce efectos psicológicos negativos en tareas que requieren concentración y atención; los sonidos entre 80 y 90 dB producen reacciones de estrés, cansancio y alteración del sueño y los ruidos entre 100 y 110 dB, denominado “umbral tóxico”, pueden llegar a ocasionar lesiones del oído medio.

Condiciones tan cotidianas como el tráfico ligero y una conversación normal, puede tener una intensidad de 50 dB, y el solo hecho de estar escuchando una aspiradora o trabajar con maquinaria pesada puede llegar hasta una magnitud de 90 dB ¿Qué tanta contaminación acústica vives en tu cotidianidad?

Para evitar lesiones provocadas por la contaminación acústica es importante dentro de lo posible no poner música o la televisión a un volumen muy alto y evitar el uso de vehículos con motor ruidoso.

Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)

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