Debemos reconocer que el ambiente urbano es concebido como el medio adaptado a las necesidades de la especie humana, a las que se someten las condiciones naturales del relieve, el clima y las aguas, así como las especies animales y vegetales; en pocas palabras es todo lo que dentro de la ciudad observamos y experimentamos. Dicho lo anterior, este ambiente ha experimentado un deterioro a causa de los problemas ambientales causados por el hombre. Conozca a continuación cuál es ese deterioro del que le hablamos.
En primer lugar, existe un deterioro relacionado al ruido, provocando que sea este uno de los agentes contaminantes más agresivos en los cascos urbanos y en los polígonos industriales; provocando estrés, ansiedad, irritabilidad, aumento de la frecuencia respiratoria, disminución de la capacidad de concentración e incluso, en personas especialmente sensibles, dolor de cabeza y depresión.
Por otro lado, el ambiente urbano se ve afectado por la pérdida de suelo fértil debido a la extensión urbana; es decir, la plaga de los «unifamiliares y los adosados» que afecta indiscutiblemente a las ciudades. Agregando a la lista se puede mencionar el inadecuado tratamiento de potabilización de las aguas o de depuración de sus efluentes, o gestión deficiente de los Residuos Sólidos Urbanos generados.
Sumando los anteriores contextos, se puede señalar que en general el deterioro del ambiente urbano progresivamente va creciendo, como consecuencia se tiene una vivienda de calidad inferior a lo establecido, una contaminación del aire cada vez más preocupante y unos desastres naturales que nos hacen cuestionar qué tan amigable somos con el medio ambiente, y pensar conscientemente en el uso de la energía a la que está asociada el cambio climático, las lluvias ácidas, los accidentes nucleares, las mareas negras, los residuos radiactivos, la minería del carbón a cielo abierto…
Sin embargo, creemos en el poder de la fuerza, en la posibilidad de un cambio radical en nuestra cultura; por eso, para disminuir ese deterioro ambiental urbano te invitamos a tener un control de contaminación y a ejercer el saneamiento en la cotidianidad.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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