¿Debilitadas las medidas de protección ambiental en la crisis sanitaria?

Aunque sean varios los beneficios ambientales que ha dejado el confinamiento humanitario y pese a que el avistamiento de nuevas especies haya dejado un aire positivo como ya se ha mencionado en artículos anteriores, la deforestación y la minería ilegal apartan un poco el panorama positivo.

Las medidas de protección ambiental en la crisis sanitaria se han visto debilitadas en la medida en que algunas zonas apartadas y biodiversas del país, sufren los efectos indirectos de esta emergencia sanitaria en el medioambiente. En los últimos días, la minería ilegal sigue sin restricciones, incluso en áreas protegidas.

Por su parte, Parques Nacionales Naturales informaron desde que inició la cuarentena en el pasado mes de marzo, se han venido desarrollando actividades de minería ilegal en el Parque Natural Farallones de  la ciudad de Cali. Sin embargo, posterior a esto, es importante reconocer que en dos operativos fueron capturadas ocho personas en menos de un mes, gracias a la presencia las autoridades.

Según El Tiempo, las actividades ilegales generaron importantes afectaciones sobre los ecosistemas y los servicios ambientales de la zona, poniendo en riesgo las comunidades locales, debido a que su tránsito en el territorio nacional puede llegar a ocasionar afectaciones a la salud por la propagación del virus.

La situación no para allí, pues continúan surgiendo irregularidades en algunos territorios indígenas. En el mes de abril por ejemplo, la comunidad indígena Wiwa, ubicada en el corregimiento La Punta de los Remedios, departamento de La Guajira, denunció que mineros ilegales siguen entrando a su zona, a pesar de la emergencia sanitaria provocada por el nuevo COVID-19.

Con lo anterior se puede deducir que las medidas de protección ambiental en la crisis sanitaria deben abarcarse con mayor rigurosidad, para prevenir daños ambientales mayores y que las comunidades se sigan deteriorando sin control alguno, pues la pandemia no debe ser excusa para descuidar estos aspectos.

Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)

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