Si bien el mundo ha estado concentrado en mitigar el COVID-19, pandemia que ha cambiado por completo la cotidianidad social, política y económica; hoy por hoy el planeta tierra padece de emergencias ambientales que también requieren de atención y estrategias para combatirlas. La Antártida, por ejemplo es una de las preocupaciones actuales para algunos científicos y ambientalistas.
Según científicos del Programa Antártico de Australia encontraron que entre el 23 y 26 de enero las temperaturas máximas superaron los 7.5 grados Celsius, registrando así por primera vez una ola de calor que redujo significativamente el tamaño del agujero de ozono.
Del mismo modo, en Colombia también se están presentando emergencias ambientales, en el cerro de Los Cominos de Tamacal, en jurisdicción del corregimiento Azúcar Buena en Valledupar, y el cerro de la vereda Guatapurí, ubicado al costado de la Sierra Nevada, afrontan fuertes incendios; sin embargo, el cuerpo de bomberos voluntarios de Valledupar exploró las zonas para activar los respectivos planes de contingencia establecidos para estos casos, pero, según las directivas de la entidad, carecen de herramientas necesarias para hacer frente a esta situación.
Además, la pandemia de covid-19 que es una situación crítica para los humanos, que afecta tanto la salud como las economías, también ha resultado ser en medio de todo es una situación potencialmente grave para los grandes simios. Hay mucho en juego para aquellos en peligro de extinción”. Además con respecto a los animales, en diferentes ciudades de Colombia hay zoológicos en Barranquilla, Cundinamarca, Cali y Medellín manifestaron su preocupación por la falta de recursos para sostener a los animales durante la cuarentena, ya que sin visitas turísticas, los ingresos para sostener a los animales son realmente limitados. Algunos espacios, como El Zoológico de Barranquilla desarrollan planes de donaciones y crowdfunding para recibir dinero que les permita equilibrar por un tiempo la situación.
Es muy importante que sin perder de vista las debidas precauciones para evitar el contagi del COVID-19, no nos alejemos de las otras tantas realidades de las que padece el planeta tierra y, en la medida de lo posible tratemos de ayudar a combatir las emergencias ambientales que posiblemente puedan ser peores a futuro.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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