Existen muchos factores que posibilitan la floricultura en nuestro país, tales como la ubicación geográfica, la calidad de los suelos y la dedicada labor de los floricultores; estos hacen que Colombia se sitúe actualmente en el segundo mayor exportador de flores en el mundo.
Comencemos exponiendo que la floricultura es la explotación comercial a través del cultivo de plantas con flores de corte, plantas ornamentales, follaje de corte y bulbos de flor; destinadas a la decoración. Pues bien, nuestro país es una eminencia en este tema, puesto que Colombia lleva aproximadamente más de 40 años exportando en este sector y es el primer proveedor de flores para Estados Unidos y el primer productor y proveedor de claveles a nivel mundial.
¿Sabía usted que 6,800 hectáreas están destinadas al cultivo de exportación? 75% de las cuales se encuentran ubicadas en la Sabana de Bogotá, 15% en Antioquia y el 5% restante en la región centro-oriental del país; pues así es como logra ofrecer una amplia oferta de flores de exportación como las rosas, claveles, astromelias, crisantemos, heliconias, anturios y los follajes.
Aunque claramente la importancia de la floricultura para Colombia es mucha, se dice que esta actividad comercial genera más de 120.000 empleos directos, vincula el 25% de la mano de obra rural femenina y aporta alrededor del 7% del PIB agropecuario nacional.
Como bien se sabe, esta actividad debe realizarse con unos buenos hábitos ambientales para que así el medio ambiente y la tierra no sufran consecuencias, para esto existe una asociación llamada “Asocolflores” la cual fortalece la floricultura sostenible en el país para que nuestras flores generen bienestar y experiencias inspiradoras; además, se ocupa también de representar y defender los intereses legítimos de la floricultura a nivel nacional e internacional.
Finalmente, queremos resaltar uno de los retos a los que se enfrenta la floricultura colombiana y es la aplicación de ciencia y tecnología a esta actividad, debido a que la industria floricultora colombiana puede dar pasos hacia nuevas líneas de desarrollo de flores tropicales que complementen el mercado existente. Las especies nativas y las flores de maceta, por ejemplo, representan un mercado emergente e implican un desarrollo de vanguardia en viveros y materiales para el tratamiento de plantas a raíz desnuda.
Sin duda, en nuestro país existen muchos motivos por el cual sentirnos orgullosos. Es relevante que aprendamos a reconocer esas fortalezas que ante los ojos del mundo resultan prodigiosas.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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