Teniendo en cuenta que cuando se menciona aguas residuales se refiere a todas aquellas aguas usadas, domésticas, urbanas y los residuos líquidos industriales o mineros eliminados; también se consideran aguas residuales a las aguas que se mezclaron con las anteriores (aguas pluviales o naturales). El manejo de estas incluye cierto cuidado ya que generan graves problemas de contaminación.
Una de las circunstancias más preocupantes actualmente es la falta de plantas de tratamiento para las aguas residuales en las ciudades, en las industrias, hoteles y explotaciones mineras, agrícolas y ganaderas; puesto que ocasiona grandes desechos de aguas contaminadas que hacen mucho daño al medio ambiente descargándolas en los ríos, lagos, mares, en los suelos a cielo abierto o en el subsuelo, a través de los llamados pozos sépticos y rellenos sanitarios.
La presencia de organismos patógenos, provenientes en su mayoría del tracto intestinal, hace que estas aguas sean consideradas como extremadamente peligrosas, sobre todo al ser descargadas en la superficie de la tierra, subsuelo o en cuerpos de agua.
Teniendo en cuenta lo anterior es importante resaltar que estas aguas también ocasionan graves afectaciones a la flora y la fauna, para evitar esto las plantas de tratamiento de aguas residuales deben ser diseñadas, construidas y operadas con el objetivo de convertir el líquido cloacal proveniente del uso de las aguas de abastecimiento, en un efluente final aceptable, disponiendo adecuadamente de los sólidos ofensivos que necesariamente son separados durante el proceso.
Ahora bien, las aguas residuales producidas en los hogares son de las que presentan mayor número de contaminantes y realizar un efectivo tratamiento previo a su liberación en los afluentes naturales se ha vuelto uno de los puntos más importantes actualmente, pero ¿cómo podemos desde nuestros hogares hacer un buen manejo de las aguas residuales? Es muy sencillo; existen tres opciones diferentes de reciclaje de agua en el hogar. Se pueden reciclar las aguas grises provenientes de lavabos y duchas, las aguas negras provenientes de la cloaca y la cocina, y se puede aprovechar así mismo el agua de lluvia que cae sobre nuestro tejado.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura recomienda el uso de aguas negras recicladas precisamente para regar el jardín, dado que el tratamiento de las mismas las higieniza pero no elimina los fosfatos y nitratos, que son la base de los abonos.
Recordemos que la energía no es el único recurso que debemos preservar, si queremos asegurar un desarrollo sostenible que posibilite a las futuras generaciones disfrutar de la naturaleza igual que lo hemos hecho nosotros, debemos ir más allá del cuidado del medio ambiente.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
Fuentes utilizadas:
http://www.lacasasostenible.com/tratamiento-aguas-residuales.html
https://www.iagua.es/blogs/hector-rodriguez-pimentel/aguas-residuales-y-efectos-contaminantes