Siendo los pesticidas una herramienta muy útil para librarse de las plagas que pueden causar daños a los cultivos, a las personas o los animales; el uso incorrecto o imprudente de pesticidas puede dañar el medio ambiente. A continuación descubra cómo.
La agricultura es la actividad que más emplea este tipo de compuestos, consumiendo hasta el 85 % de la producción mundial, con el fin de mantener un control sobre las plagas que afectan los cultivos; así mismo, se emplean para controlar la proliferación de insectos, hongos y el crecimiento de hierba y maleza a lo largo de autopistas, vías férreas y torres con líneas de corriente de alta tensión. Un 10 % de la producción total de los plaguicidas se emplea en salud pública para el control de las enfermedades transmitidas por vectores, como la malaria, dengue, enfermedad de Chagas, entre otras; control de roedores, etc.
La contaminación ambiental por plaguicidas está dada fundamentalmente por aplicaciones directas en los cultivos agrícolas, en lavados inadecuados de tanques contenedores, filtraciones en los depósitos de almacenamiento y residuos descargados y dispuestos en el suelo, que frecuentemente son empleados para contener agua y alimentos en los hogares ante el desconocimiento y la desinformación de los efectos adversos que provocan en la salud, por ende la unión de estos factores provoca su distribución en la naturaleza.
Del mismo modo, la contaminación del aire tiene importancia cuando se trata de aplicaciones por medios aéreos, ya que la gran extensión que abarcan estas y el pequeño tamaño de las partículas contribuyen a sus efectos, entre los que se cuenta el «arrastre» de partículas a las zonas vecinas, fuera del área de tratamiento. Este efecto tiene importancia si contamina zonas habitadas o con cultivos, y se hace muy evidente cuando se emplean herbicidas de contacto que llegan hasta cultivos que son muy sensibles a los mismos.
Aunque los también llamados plaguicidas pueden ser de naturaleza química y biológica, algunos han sido identificados como un peligro a largo plazo para el medio ambiente y están prohibidos o rigurosamente restringidos por convenios internacionales.
La invitación que hoy se quiere transmitir a través de esta información es a que trascendamos en los quehaceres de la cotidianidad, pues cada acción, cada decisión implica directamente pensar: ¿cómo le afectaría esto el planeta tierra?
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
Fuentes utilizadas:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1561-30032014000300010