El águila de cola blanca también llamada águila de mar, vuelve a percibirse en medio del confinamiento mundial después de 240 años en los cielos de Inglaterra. Esta era un ave de presa de la familia Accipitridae que incluye a otras rapaces como los halcones, cometas, y aguiluchos. Es considerada un primo cercano del águila calva y ocupa el mismo nicho ecológico, pero en Eurasia.
La última vez que vieron volar el águila de cola blanca fue en 1780, pero gracias al proyecto llamado “Reintroducción del águila de cola blanca” liderado por la agencia gubernamental Forestry England y a la fundación Roy Dennis Wildlife, se pudo volver a apreciar esta espléndida especie. Así pues esta iniciativa tiene como objetivo restaurar una población de esta especie en la costa sur de Inglaterra. Asimismo, liberaron en junio de 2019 seis jóvenes ejemplares en la Isla de Wight, los cuales provienen de Escocia, donde fueron reintroducidas en la década de 1970 bajo un esquema similar.
Es importante mencionar que el águila de cola blanca es el ave rapaz más grande del Reino Unido, la cual puede medir hasta 2,5 metros de extremo a extremo de sus alas y pesar entre 4 y 7 kilogramos.
Debido a la caza ilegal, esta especie se consideró extinta por completo en varios países de Europa, según lo informó la Sociedad Real para la Protección de Pájaros, la cual es la mayor organización sin ánimo de lucro de Europa dedicada a la protección de la vida salvaje; pero una vez más la naturaleza nos da grandes sorpresas y oportunidades para hacer las cosas mejor. Sin embargo, no se puede bajar la guardia por esta nueva aparición, ya que aún persisten amenazas tales como la pérdida del hábitat, la caza, el envenenamiento, las colisiones con turbinas de viento, la contaminación y los pesticidas.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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