Reto: No viertas el aceite usado por el desague

¿Por qué importa? Un solo litro de aceite usado puede contaminar 1.000 litros de agua, que dan vida a miles de especies. A continuación te diremos lo que puedes hacer:

Que hacer fácilmente en 3 pasos:

  1. Déjalo enfriar:
    Nunca viertas aceite caliente ni al fregadero ni al suelo.
  2. Guárdalo:
    Vierte el aceite frío en una botella plástica vacía (puede ser la del mismo aceite cuando se acabe).
  3. Llévalo:
    Cuando llenes varias botellas, entrégalas en el punto de acopio más cercano.
    👉 Ver puntos de acopio en Colombia y 👉mira que ganas!

(Tardarás menos de lo que dura una canción.)

Lo que ganas al no verterlo — ¡y mucho más!

Proteges el agua y el suelo:

Cada litro evitado impide que 1.000 litros de agua queden irrecuperables y mantiene nuestras quebradas y ríos vivos para futuras generaciones.

Impulsas energías limpias y locales.

El aceite reciclado se convierte en biocombustible de segunda generación, sustituyendo diésel fósil y reduciendo las emisiones de CO₂ que calientan el planeta.

Creas nuevos productos sostenibles.

Ese mismo aceite también se transforma en jabones artesanales, velas, cosméticos naturales y lubricantes industriales sin componentes tóxicos. ¡Tu botella usada puede terminar perfumando un hogar o engrasando una bicicleta!

Evitas atascos y gastos inesperados.

Al no tirarlo por la cañería evitas tuberías obstruidas, malos olores y costosas visitas del plomero tanto en tu casa como en la red de alcantarillado de tu barrio.

Generas empleo verde.

Contribuyes a una cadena de valor circular que da trabajo digno a recolectores, transportistas y técnicos en plantas de reciclaje.

Ahorra recursos públicos.

Menos obstrucciones significa menos costos para tu ciudad en mantenimiento de alcantarillado y plantas de tratamiento, liberando presupuesto para parques y escuelas.

Fortalece el orgullo comunitario.

Contagias a vecinos y familiares con un gesto simple, mostrando que cuidar la casa común es posible y emocionante.

Enseñas con el ejemplo.

Niños y jóvenes verán en tu acción diaria un acto de amor por la Tierra y replicarán el hábito, multiplicando su impacto año tras año.

Cada gota cuenta: guarda tu aceite, entrégalo y conviértelo en una ola de beneficios ambientales, económicos y sociales para todos.