El deshielo de los polos es una preocupación que cada año aumenta debido al cambio climático causado principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo cual ha afectado a muchos ecosistemas frágiles. Conozca a continuación cuál es el estado de los polos en la tierra actualmente.
En los últimos 30 años se ha producido la mayor parte del calentamiento en los polos; sin embargo, es en los últimos diez años que se ha venido agravando la situación deshielo en el Ártico y la Antártida. En el Ártico, desde 1979 hasta hoy se ha reducido en más del 40 % ; los hielos más viejos, hace apenas 26 años que dominaban la región prácticamente han desaparecido en la actualidad.
Por otro lado, en la Antártida, los datos tampoco son muy alentadores, ya que se ha conocido que su mayor glaciar, el Totten, con 130 km de largo y 30 de ancho, se está derritiendo debido al aumento de la temperatura del mar. La situación de deshielo que está sufriendo la Antártida, se ha catalogado ya como “irreversible”. Aunque estas circunstancias a pocos afectan directamente en las ciudades o en zonas rurales, es indiscutible que los efectos del cambio climático están repercutiendo en estas frágiles zonas.
Se puede decir que el deshielo es un proceso natural, debido a que la Tierra ha tenido épocas de glaciación así como de calentamiento. No obstante, el problema actual se da porque este derretimiento del hielo se está produciendo mucho más deprisa de lo normal por la contaminante actividad humana, la cual acelera el calentamiento global.
El oso polar, donde la mayoría de estos ejemplares viven al oeste de Alaska, el norte de Alaska, Groenlandia y Siberiaque, va en camino a la extinción ya que su hábitat se está viendo altamente perjudicado por problemas medioambientales como la contaminación que hay en todo el planeta, y a los pesticidas que están expuestos.
Puestas todas las cartas sobre la mesa, es necesario que los seres humanos aportemos nuestro granito de arena reduciendo, por ejemplo, el uso de los coches, haciendo un uso más intensivo del colectivo o la bicicleta y contribuyendo a la eficiencia energética.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista
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