Teniendo en cuenta que Medellín y su área metropolitana generan 3.055 toneladas de basura al día; la Superintendecia de Industria y Comercio le concedió a cinco personas de la comunidad de la Universidad de Medellín, la patente de invención de un dispositivo que acelera la elaboración de ladrillos ecológicos, confirmando así que en ningún lugar del mundo se habían ingeniado esta máquina.
Hasta ahora los ecoladrillos se elaboraban artesanalmente, es decir, dentro de una botella de gaseosa o de agua se introducían los residuos, principalmente bolsas plásticas, compactándolas con algún palo, lo cual dificulta que el ecoladrillo quede con la rigidez necesaria para no ceder al ser usado en alguna construcción; pero con este nuevo invento medellinense se despliega cuatro brazos dentro de la botella que permiten que en su interior se compacten más de 50 bolsas plásticas. Esa presión se genera por medio de una palanca que distribuye mejorar las fuerzas; así mismo se dice que la máquina no usa electricidad sino que es mecánica y se acciona manualmente, según los creadores.
Del mismo modo, la estructura permite cambiar la longitud o altura de los brazos, por lo cual no hay problema si se quiere trabajar con una botella de 250 mililitros o si se trata de una de tres litros y como por si fuera poco, se dice que se podría estimar que el trabajo se reduce a la mitad del tiempo y se hace con mucho menos esfuerzo, asegurando que el éxito está en que todos los ladrillos quedan estandarizados, con la misma cantidad de material en su interior.
Este tipo de iniciativas que no solo le genera una sostenibilidad importante al territorio, también permite servir como solución para construir paredes de viviendas sociales, para hacer muros separadores, bodegas y otros muchos mobiliarios y así aportarle al desarrollo social de la ciudad y abre una posibilidad para subir la tasa de aprovechamiento y bajar la cantidad de residuos que llegan al relleno sanitario.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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