La sobrepoblación, un problema medioambiental desaforado

La Organización de Naciones Unidas (ONU) decretó en el 2019 que la población mundial alcanzaría la cifra de 11.000 millones de personas a finales de siglo. La sobrepoblación es un problema medioambiental desaforado que crece cada día gracias al aumento de esperanza de vida, las migraciones, la concentración urbana y desinformación o desinterés por dicho fenómeno.

“Para el 2050 se espera que haya 9.500 millones de personas, según el informe “World Population Prospect” de la ONU”. La consultoría ambiental de la Asociación Gestión Ambiental y Estratégica, dio a conocer que dicha cifra se alcanzaría debido a que la Revolución Industrial y científica del siglo XVIII creó avances tecnológicos en todos los aspectos del bienestar humano, incluida la salud, que produjo que la expectativa de vida aumentara considerablemente y a que las familias crecieran con más facilidad”.

Siendo los seres humanos parte del problema y de la solución ante los problemas medioambientales, es necesaria la concientización real del fenómeno, teniendo en cuenta que, las consecuencias sociales y económicas de la superpoblación, podrían ser irreversibles para el planeta tierra.

El agotamiento acelerado de los recursos naturales que conllevan a conflictos territoriales, el aumento del coste de la vida y la desaparición de áreas verdes por la proliferación de ciudades con el fin de expandir cada vez más los asentamientos humanos; serían unas de las tantas consecuencias inminentes que la tierra enfrentaría a causa de la densidad poblacional.

Ahora bien, ¿qué se propone para este problema medioambiental desaforado? Promover la planificación familiar y los métodos anticonceptivo; incentivar el interés en las personas para conocer más sobre el tema y así acceder a la información necesaria de los efectos de la sobrepoblación; del mismo modo, es recomendable trabajar en la conformación de espacios informativos que lleven la reflexión a todos los rincones del planeta para la toma de conciencia y la comprensión personal de los problemas ocasionados por este fenómeno en el mundo.

Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)

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