Manteniendo la importancia de combatir la pandemia que a nivel mundial se padece, es necesario entender que aspectos como el medio ambiente y el cambio climático no se deben descuidar, que por el contrario sea esta la oportunidad implementar planes de recuperación ambiental, garantizando el restablecimiento ecológico, justo y cívico que ha dependido, depende y dependerá siempre de nosotros los seres humanos.
Comenzamos con una primera observación y es que algunos animales, como los mosquitos, extienden sus territorios y, por ende, se propagan enfermedades infecciosas más fácilmente; además, es importante mencionar que con los inviernos que son cada vez menos intensos, se activan con mayor velocidad los virus.
De otro lado, la disminución del Dióxido de Carbono está directamente vinculada a la reducción drástica de las actividades industriales que dependen en gran medida del carbón y el petróleo y a la desaceleración de la movilidad de las personas que parece conducir mecánicamente a una caída de las emisiones de CO2. Sin embargo, hay que tener presente que estos descensos únicos se producen después de un largo período de aumento continuo: los últimos cinco años fueron los más calurosos y además, 19 de los 20 años en los que se registró mayor temperatura corresponden a este siglo.
Y es que el COVID-19 y el medio ambiente están estrechamente ligados, ya que con la situación actual corren riesgo las principales decisiones internacionales que se necesitan para enfrentar otras dos emergencias: el cambio climático y el colapso de los seres vivos.
Al intentar recuperar la economía las industrias más contaminantes, como el sector aéreo, ya están trabajando para beneficiarse de los esfuerzos de recuperación, obtener nuevas y rápidas desregulaciones, dejando a un lado los estándares ecológicos y sociales con el único fin de recobrar el crecimiento económico.
Sabemos que la economía es el pilar del sustento humano, pero es de vital importancia generar un voz a voz que llegue a las industrias, en donde se implementen planes de recuperación económica que prioricen tanto a los ciudadanos, como al medio ambiente y el cambio climático que puede causar grandes estragos de no ser controlado.
Por: Luisa Arango – Comunicadora Social y Periodista (UPB)
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